domingo, junio 28, 2009
un punto de partida
Para toda idea creativa, se puede elaborar un cierto procedimiento a fin de concretar todo o parte antes de que la motivación se evapore. Hay que tener un plan, aunque esto irrite a los grandes improvisadores.
Percibo en la realidad ajena una serie de aspiraciones a materializarse que, a poco andar, se transforman en el mito de Sísifo. Dificiles de empujar, de carta gantt demasiado larga, escaso financiamiento, a ratos con sensación de eterno, irrealizable.
Porque queremos estrenar. Queremos terminar.
Obra sí, el puro proceso no es suficiente.
A mi modo de ver, el escollo casi siempre consiste en un problema de producción.
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